Endeudados - Préstamos en Uruguay

Préstamos baratos en Uruguay – Préstamos estando en Clearing – Como salir del Clearing – Como ahorrar y salir de la deudas

Consejos para ahorrar y reducir los gastos

Consejos para ahorrar

El ahorro de dinero es una de esas cosas que es mucho más fácil decir que de hacer. Todos saben que es sensato ahorrar a largo plazo, pero muchos siguen teniendo dificultades para hacerlo. Ahorrar comprende algo más que el solo hecho de gastar menos dinero, aunque esto último de por sí puede ser muy difícil. Las personas que saben ahorrar también deben saber cómo gastar el dinero que tienen además de cómo maximizar sus ingresos económicos.
Si quieres saber cómo fijarte metas realistas, mantener un registro de tus gastos y obtener el mayor beneficio a largo plazo para tu dinero, te damos algunos consejos.

Establecer un plan de ahorro

(abre cada consejo con el signo +)

La forma más fácil de ahorrar dinero en lugar de gastarlo es asegurándote de nunca tener la oportunidad de gastarlo en primera instancia.

Depositar parte de tu salario directamente en una cuenta de ahorros o en una cuenta de jubilación aliviará el estrés y el aburrimiento del proceso de decidir cuánto dinero ahorrar y cuánto utilizar para tus gastos mensuales.

Básicamente, estarás ahorrando de manera automática y podrás utilizar el dinero que conservas cada mes para tus diversos gastos personales.

Con el tiempo, depositar incluso una cantidad pequeña de tu salario en tu cuenta de ahorros puede acumular beneficios (en especial cuando acumulas intereses en la cuenta), así que comienza lo más pronto posible.

  • Si quieres fijar un depósito automático, habla con los encargados de la nómina en tu empleo (o, con el servicio de nómina independiente, en caso de que tu empleador lo utilice). Si puedes proporcionar información de cuenta para una cuenta de ahorros aparte de tu cuenta corriente básica, generalmente deberás establecer un esquema de depósito directo sin problemas.
  • Por ejemplo, si cobras tu sueldo en el Banco República, tienes un programa llamado «Ahorro en Sueldo», que te descuenta automáticamente un monto mensual definido por tí, que se deposita en una cuenta de ahorro, y que además genera interés.
  • Si por alguna razón no puedes establecer un depósito automático por cada salario (p.ej., en caso de que tengas un trabajo independiente o recibas un salario mayormente en efectivo), determina un monto de dinero específico que puedas depositar mensualmente de forma manual en una cuenta de ahorros y aférrate a esta meta.

Algunas deudas son inevitables. Por ejemplo, solo las personas muy adineradas tienen los medios suficientes para comprar una casa en un único pago, mientras que millones de personas lo hacen por medio de préstamos que pagan gradualmente.

No obstante, si puedes evitar las deudas, hazlo.

Pagar una suma de dinero por adelantado siempre será más barato a largo plazo que pagar un préstamo equivalente cuyos intereses se acumulan con el tiempo.

  • Si no puedes solicitar un préstamo, procura pagar la mayor cantidad de cuota inicial que puedas. Mientras mayor sea la cantidad con la que cubras la compra por adelantado, más rápido podrás pagar el préstamo y menor será el interés.
  • Si bien la situación económica de todas las personas es distinta, la mayoría de los bancos recomienda que los pagos de deuda deben ser aproximadamente un 10 % de tus ingresos netos, aunque cualquier suma menor al 20 % es considerada viable. Un 36 % es considerado como el “límite máximo” para una deuda razonable.

Es mucho más fácil ahorrar si sabes que tienes una meta.

Fíjate metas de ahorro que se encuentren dentro de tu alcance, con la finalidad de motivarte para tomar decisiones económicas difíciles que sean necesarias para ahorrar con responsabilidad.

En el caso de metas serias como la compra de una casa, es posible que necesites años o décadas en alcanzarlas. En estos casos, es importante que supervises tu progreso con regularidad.

Con solo dar un paso atrás y observar el panorama general de las cosas, podrás tener una idea de qué tan lejos has llegado y cuánto te falta alcanzar.

Fijarte plazos ambiciosos (pero razonables) para alcanzar tus metas puede ser una gran motivación.

Por ejemplo, supongamos que te fijas la meta de tener una casa al cabo de 2 años. En este caso, tendrás que informarte del precio promedio de las casas en la zona donde te gustaría vivir y comenzar a ahorrar para la cuota inicial de tu casa nueva (como regla general, las cuotas iniciales no deben ser menos del 20 % del precio total del inmueble).

  • Por lo tanto, en nuestro ejemplo, si las casas de la zona que te interesa cuestan aproximadamente U$S60.000, tendrás que ahorrar por lo menos 60.000 × 20 % = U$S 12.000 en el plazo de 2 años. Dependiendo de la cantidad que ganes, esta meta podría ser factible o no.
  • Los plazos son especialmente importantes para las metas fundamentales a corto plazo. Por ejemplo, si es necesario reemplazar la transmisión de tu auto, pero no puedes comprar una nueva, deberás ahorrar el dinero para el repuesto con la mayor prontitud posible para asegurarte de no quedarte sin un medio para ir al trabajo. Un plazo ambicioso pero razonable podrá ayudarte a alcanzar esta meta.

Es fácil establecer metas de ahorro ambiciosas, pero si no tienes ningún método para llevar un registro de tus gastos, te será difícil alcanzarlas.

Para mantener un registro de tu progreso financiero, elabora un presupuesto de tus ingresos económicos al principio de cada mes.

Asignar una parte específica de tus ingresos para todos tus gastos importantes puede ayudarte a asegurarte de no derrochar dinero, sobre todo si realmente divides cada salario según tu presupuesto apenas lo recibes.

Por ejemplo, si recibes un salario mensual de $U 15.000, tu presupuesto puede ser el siguiente:

  • gastos de vivienda: $U 5.000
  • alimentación: $U 5.000
  • combustible y pasajes: $U 1.000
  • gastos variados: $U 1.000
  • lujos: $U 1.000
  • ahorros: $U 2.000

Para cualquier persona que quiera ahorrar dinero, es fundamental mantener un presupuesto ajustado, pero si no quieres llevar un registro de tus gastos, podría serte difícil alcanzar tus metas.

Llevar un registro en papel de tus gastos en varios tipos de cosas al mes puede ayudarte a identificar las áreas “problemáticas” y adaptar tus hábitos de gastos según tu presupuesto.

No obstante, para llevar un registro de tus gastos, debes prestar atención a los detalles. Si bien todos deben registrar sus gastos importantes, como los gastos de la casa y los pagos de deudas, la cantidad de atención que le dediques a los gastos menores suele incrementarse según la gravedad de tu situación financiera.

  • Puede ser útil tener un cuaderno pequeño en todo momento. Acostúmbrate a registrar todo lo que gastas y ahorras en tus recibos (en especial, en las compras importantes). Cada vez que puedas, ingresa tus gastos en un cuaderno más grande o en un programa de hoja de cálculo para tener registros a largo plazo.
  • Ten en cuenta que en la actualidad existen muchas aplicaciones que se pueden descargar al celular, las cuales pueden ayudarte a llevar un registro de tus gastos (algunas son gratuitas).
  • Si tienes serios problemas con los gastos, no tengas miedo de ahorrar cada recibo posible. Al final del mes, divide tus recibos por categorías y súmalos todos. Podrías sorprenderte de la cantidad de dinero que gastas en compras que no son esenciales.

Cada vez que compres algo en persona, reclama el recibo, y siempre imprime una copia de todas las compras en línea que realices.

Asegúrate de no gastar excesivamente en cosas que no quieras; te sorprenderás de la frecuencia con la que eso sucede.

  • Supongamos que estás en un bar con tus amigos y uno de ellos ordena cervezas para todo el grupo. Asegúrate de que esas bebidas no terminen en tu cuenta. Si esperas que te devuelvan favores como este en el futuro, terminarás con un agujero financiero, el cual posiblemente sea demasiado profundo.
  • No dividas la cuenta solo por conveniencia. Si tu comida cuesta 1/3 de la de tus amigos, evita pagar la mitad de la cuenta.

El dinero recaudado en las cuentas de ahorro generalmente acumula interés a una determinada tasa de porcentaje.

Mientras más dinero permanezca en ellas, más interés acumularás. Por lo tanto, te conviene comenzar a ahorrar lo más pronto posible. Incluso si solo puedes separar una cantidad pequeña para tus ahorros cada mes entre tus 20 y 30 años, hazlo.

Las cantidades de dinero relativamente pequeñas que quedan en las cuentas que generan interés durante periodos prolongados a la larga pueden aumentar varias veces su valor inicial.

  • Por ejemplo, supongamos que al tener un trabajo mal pagado entre tus 20 y 30 años pudiste ahorrar hasta unos $10.000, y colocas este dinero en una cuenta de alto rendimiento con una tasa del 4 % anual. Al cabo de unos 5 años, ganarás aproximadamente $2.166,53. No obstante, si hubieras puesto este dinero 1 año antes, habrías ganado aproximadamente $500 más en el mismo tiempo sin hacer ningún esfuerzo adicional. Esta es una cantidad pequeña. pero de ninguna manera insignificante.

Si tienes problemas para ahorrar, podrías sentir miedo con facilidad. Tu situación podría parecer desesperada e incluso podrías pensar que es casi imposible ahorrar el dinero necesario para alcanzar tus metas.

No obstante, sin importar con lo poco que empieces, siempre es posible comenzar a ahorrar. Mientras más pronto comiences, más cerca estarás de encontrarte en el camino hacia la seguridad financiera.

Reducir los gastos

(abre cada consejo con el signo +)

Si tienes dificultades para ahorrar, sería sensato comenzar por este punto.

Gran parte de los gastos que damos por sentado son irrelevantes. Eliminar los lujos es un excelente primer paso para mejorar la situación financiera, pues no afecta de manera significativa la calidad de vida o la capacidad para trabajar.

Si bien puede ser difícil imaginar la vida sin un auto de gran consumo y una suscripción para televisión por cable, podrías sorprenderte de lo fácil que es vivir sin estas cosas después de que las saques de tu vida.

A continuación, verás algunas formas sencillas de reducir tus lujos:

  • Anula la suscripción de los paquetes opcionales para televisión por cable o Internet.
  • Opta por un plan más económico para tu servicio telefónico.
  • Reemplaza un vehículo costoso por uno que consuma menos combustible y requiera un menor costo de mantenimiento.
  • Vende todos los aparatos electrónicos que no utilices.
  • Compra ropa y muebles en tiendas de segunda mano o en grupos de venta de cosas usadas (mercadolibre, OLX, facebook, etc.)

Para la mayoría de las personas, los costos relacionados con la casa conforman el mayor gasto individual en sus presupuestos. Debido a esto, ahorrar en este tipo de gastos puede liberar una cantidad considerable de los ingresos para otras actividades importantes.

Si bien no siempre es sencillo modificar la situación de vida, si te cuesta encontrar un equilibrio en tu presupuesto, deberás reevaluar concienzudamente tu situación.

  • Si vas a alquilar una casa, tal vez puedas negociar con el propietario para que te dé un alquiler más económico. Debido a que la mayoría de los propietarios quiere evitar el riesgo que surge con la búsqueda de nuevos inquilinos, tal vez puedas obtener un mejor trato si posees un buen historial de pagos. Si es necesario, tal vez puedas realizar algún trabajo (como la jardinería o el mantenimiento de la casa) a cambio de un alquiler más económico.
  • Si pagas una hipoteca, habla con el prestamista acerca de un refinanciamiento de la deuda. Si tu situación económica es buena, podrías negociar un mejor trato. Al refinanciar el préstamo, procura que el tiempo de pago sea el más corto posible.
  • También puedes considerar la posibilidad de optar por un mercado inmobiliario más económico, en una zona mas barata.

Muchas personas gastan mucho más de lo necesario en alimentación.

Si bien puedes fácilmente olvidar de ahorrar mientras comes un platillo gourmet en tu restaurante favorito, los gastos relacionados con la alimentación pueden ser muy grandes si permites que se salgan fuera de control.

En general, la compra al por mayor resulta más económica a largo plazo que comprar cantidades pequeñas de comida.

Si tus gastos relacionados con la alimentación son muy altos, considera la posibilidad de obtener una membresía en un almacén de artículos al por menor.

Comprar comidas individuales en restaurantes es la opción más costosa de todas, de modo que hacer un esfuerzo por comer en casa y no en la calle también puede ahorrarte mucho dinero.

  • Opta por alimentos nutritivos y económicos. En lugar de comprar alimentos preparados y procesados, opta por alimentos frescos, y compra verduras en el supermercado de tu localidad. Podrías sorprenderte de lo barato que es comer de manera saludable. Por ejemplo, el arroz integral, el cual es un alimento sustancioso y nutritivo, puede venir en sacos grandes de aproximadamente 10 kg  a un precio menor por kilo
  • Aprovecha los descuentos. Muchos supermercados (en especial, las cadenas grandes) otorgan cupones y descuentos por las compras. ¡No los desaproveches!
  • Si sueles comer en la calle, deja de hacerlo. Por lo general, es mucho más económico cocinar en casa que ordenar un platillo similar en un restaurante. Cocinar tu propia comida con frecuencia también te enseñará una habilidad valiosa que podrás utilizar para entretener a tus amigos, satisfacer a tus familiares e incluso atraer a una persona de manera romántica.

La mayoría de las personas acepta el precio de su recibo por servicios públicos sin dudarlo.

Pero de hecho, es posible reducir considerablemente el consumo de energía (y, por ende, tu recibo mensual) con solo aplicar unas cuantas medidas sencillas.

Estos trucos son tan fáciles que prácticamente no existe ninguna razón para evitarlos en caso de que tu objetivo sea ahorrar dinero.

Lo mejor de todo es que reducir la cantidad de energía utilizada también disminuye la contaminación producida de forma indirecta, minimizando así el impacto en el medio ambiente del planeta.

  • Apaga las luces cuando no estés en una habitación. No existe razón para dejar las luces encendidas cuando no estás en una habitación (o en la casa), así que apágalas al salir. Procura dejar una nota adhesiva en la puerta en caso de que te cueste recordarlo.
  • Evita utilizar la calefacción y el aire acondicionado cuando no sea necesario. Si quieres mantenerte fresco, abre las ventanas o utiliza un pequeño ventilador personal. Por el contrario, si quieres mantenerte caliente, usa varias capas de ropa, una manta o un calentador de ambiente.
  • Obtén un buen sistema de aislamiento térmico. Si no puedes pagar un proyecto significativo de mejora para el hogar, reemplaza el aislamiento térmico viejo y con fugas de tus paredes con uno moderno de alta eficacia con la finalidad de ahorrar dinero a largo plazo evitando que el aire caliente o frío de tu casa se escape.
  • Si es posible, adquiere paneles solares. Los paneles solares son una buena alternativa, además de una inversión seria en el futuro (así como en el del planeta). Si bien el precio inicial puede ser muy alto, la tecnología solar se vuelve cada vez más económica con el paso de los años.

 Tener, mantener y hacer funcionar un auto puede consumir una gran cantidad de tus ingresos.

Dependiendo de lo mucho que conduzcas, podrías gastar cientos al mes en combustible.

Además, también tendrás que hacer gastos por permisos y mantenimiento.

En lugar de conducir, emplea una alternativa económica (o gratuita), lo que no solo te ahorrará dinero, sino que también te permitirá pasar un poco más de tiempo ejercitándote y reduciendo el estrés de tu trayecto diario al trabajo.

  • Infórmate sobre las alternativas de transporte público que hay cerca de tu localidad. Dependiendo del lugar donde vivas, puedes contar con una variedad de opciones económicas para el transporte público. 
  • Considera la posibilidad de ir al trabajo a pie o en bicicleta. Si vives lo suficientemente cerca de tu trabajo para que estas opciones sean factibles, son excelentes formas de ir al trabajo de manera gratuita mientras recibes aire fresco y haces ejercicio al mismo tiempo.
  • Si de todas maneras debes ir en auto, considera la posibilidad de compartir el transporte. De esta manera, podrás compartir los gastos de combustible y mantenimiento con otras personas. Además, tendrás a alguien con quien hablar durante tu trayecto al trabajo.

Para reducir tus gastos personales, si bien quizá tengas que reducir los lujos frívolos de tu vida, no es necesario que dejes de divertirte mientras intentas ahorrar.

Cambiar tus hábitos de ocio y actividades recreativas por unos más asequibles te permitirá encontrar el equilibrio perfecto entre diversión y responsabilidad.

Si usas tu ingenio, ¡podrías sorprenderte con la cantidad de diversión que puedes obtener por solo un poco de dinero!

  • Mantente al tanto de los eventos que se producen en la comunidad. En la actualidad, la mayoría de las ciudades cuenta con un calendario de eventos en línea que enumera los próximos eventos a realizarse en la zona. A menudo, estos eventos organizados por el gobierno local o las asociaciones de comunidades son económicos o incluso gratuitos. Por ejemplo, en una ciudad mediana, generalmente hay exhibiciones de arte gratuitas, se proyectan películas en un parque local y hay eventos comunitarios financiados por donaciones.
  • Lee. En comparación con las películas y los videojuegos, los libros son baratos (sobre todo si los compras en tiendas de libros usados). Los buenos libros pueden ser totalmente cautivantes, lo que te permitirá experimentar la vida a través de los ojos de personajes emocionantes o aprender cosas nuevas que de otro modo jamás conocerías.
  • Disfruta de actividades económicas en compañía de tus amigos. Existe una infinidad de cosas que puedes hacer junto con tus amigos sin gastar una gran cantidad de dinero o incluso nada en lo absoluto. Por ejemplo, pueden practicar senderismo, jugar un juego de mesa, mirar una película antigua en un cine barato, explorar una parte de la ciudad donde nunca hayan estado o incluso practicar algún deporte.

Algunos malos hábitos pueden socavar los esfuerzos de ahorrar dinero.

En el peor de los casos, estos hábitos pueden convertirse en adicciones graves que son casi imposibles de erradicar sin ayuda.

Lo que es peor aún, muchas de ellas pueden ser sumamente peligrosas para la salud a largo plazo.

Ahórrale a tu billetera (y a tu cuerpo) el problema de atravesar por estas adicciones evitándolas desde un principio.

  • No fumes. Hoy en día, los efectos perjudiciales de este hábito son bastante conocidos. Entre los efectos de fumar se encuentran el cáncer de pulmón, las enfermedades cardiacas, los derrames cerebrales y una serie de otras afecciones graves.
    Además, los cigarrillos son costosos. Por ejemplo, una cajilla de cigarrillos de $100 por día, equivale a $3.000 al mes. Piensa las cosas que podría hacer con ese dinero.
  • No bebas en exceso. Si bien tomar un par de tragos entre amigos no te hará daño, hacerlo con frecuencia puede generarte problemas graves a largo plazo, tales como enfermedad hepática, la alteración de la función mental, aumento de peso, delirio e incluso la muerte.
     Asimismo, una adicción al alcohol puede ser una carga financiera enorme.
  • No consumas drogas. Las drogas como la heroína, cocaína y metanfetamina son sumamente adictivas y pueden tener una serie de efectos realmente nocivos (e incluso mortales) para tu salud, además de costar mucho más que el alcohol y el tabaco. Por ejemplo, el cantante de música country Waylon Jennings llegó a gastar en algún momento más de U$S1.500 al día para satisfacer su adicción a la cocaína.
  • Si necesitas ayuda para superar una adicción, no dudes en contactar a una línea de ayuda para adictos a las drogas. Averigua los números telefónicos de los centros de ayuda en tu ciudad.

El dinero recaudado en las cuentas de ahorro generalmente acumula interés a una determinada tasa de porcentaje.

Mientras más dinero permanezca en ellas, más interés acumularás. Por lo tanto, te conviene comenzar a ahorrar lo más pronto posible. Incluso si solo puedes separar una cantidad pequeña para tus ahorros cada mes entre tus 20 y 30 años, hazlo.

Las cantidades de dinero relativamente pequeñas que quedan en las cuentas que generan interés durante periodos prolongados a la larga pueden aumentar varias veces su valor inicial.

  • Por ejemplo, supongamos que al tener un trabajo mal pagado entre tus 20 y 30 años pudiste ahorrar hasta unos $10.000, y colocas este dinero en una cuenta de alto rendimiento con una tasa del 4 % anual. Al cabo de unos 5 años, ganarás aproximadamente $2.166,53. No obstante, si hubieras puesto este dinero 1 año antes, habrías ganado aproximadamente $500 más en el mismo tiempo sin hacer ningún esfuerzo adicional. Esta es una cantidad pequeña. pero de ninguna manera insignificante.

Si tienes problemas para ahorrar, podrías sentir miedo con facilidad. Tu situación podría parecer desesperada e incluso podrías pensar que es casi imposible ahorrar el dinero necesario para alcanzar tus metas.

No obstante, sin importar con lo poco que empieces, siempre es posible comenzar a ahorrar. Mientras más pronto comiences, más cerca estarás de encontrarte en el camino hacia la seguridad financiera.

Gastar en forma eficiente

(abre cada consejo con el signo +)

En lo que respecta a gastar el dinero, existen algunas cosas de las cuales definitivamente no puedes prescindir.

Estas cosas (alimento, agua, vivienda y ropa) son la prioridad al momento de gastar dinero.

Evidentemente, si no tienes casa o pasas hambre, puede ser sumamente difícil alcanzar el resto de tus metas financieras, por lo que deberás asegurarte de contar con el dinero suficiente para cubrir estos requisitos mínimos antes de invertir en alguna otra cosa.

  • No obstante, solo porque estas cosas sean importantes no necesariamente significa que debas derrochar en ellas. Por ejemplo, reducir la cantidad que comes cuando sales será una forma sencilla de disminuir radicalmente tus gastos en alimentación. Asimismo, mudarte a un lugar con un alquiler más económico es excelente para gastar menos en lo que respecta a vivienda.
  • Dependiendo de dónde vivas, los costos de vivienda pueden abarcar una gran cantidad de ingresos. En general, la mayoría de los expertos recomienda no aceptar ningún trato que cueste más de un tercio de los ingresos económicos.

 Si no pagas tus deudas, estas pueden socavar tus esfuerzos por ahorrar dinero.

Si solo cubres la deuda con pagos mínimos, terminarás pagando mucho más que si lo hicieras con mayor rapidez.

Ahorra dinero a largo plazo dedicando una cantidad considerable de tus ingresos al pago de la deuda, de modo que puedas saldarla lo más rápido posible.

Como regla general, saldar primero los préstamos con mayor nivel de interés es la manera más eficaz de utilizar el dinero.

Si terminaste de pagar todas (o casi todas) tus deudas, probablemente debas empezar a poner el dinero en una cuenta de ahorros.

No obstante, en general, evita utilizar tus ahorros, para que a la larga crezcan.

Si puedes, dedica entre 10 a 15 % de tu ingreso mensual a tus ahorros. La mayoría de los expertos concuerda con que esta es una meta bastante saludable.

  • Al recibir el salario, puede ser tentador hacer una compra impulsiva. Para evitarlo, deposita tu dinero en una cuenta apenas lo recibas. Por ejemplo, si quieres ahorrar el 10 % de tu ingreso salarial y recibes un salario de $12.000, deposita inmediatamente este porcentaje, o sea $1.200.
    Esta práctica podrá ayudarte a no realizar gastos innecesarios así como a acumular una cantidad considerable de dinero a lo largo de los años.

 Si después de depositar mensualmente una cantidad considerable de tu dinero en tu cuenta de ahorros tienes un dinero adicional, considera la posibilidad de realizar algunas inversiones no esenciales que puedan mejorar tu productividad, tu potencial de ganancias y tu calidad de vida a largo plazo.

Si bien estos tipos de compras no son igual de relevantes que los alimentos, el agua y los gastos de vivienda, son opciones sensatas a largo plazo que pueden llegar a ahorrarte dinero en el futuro.

  • Por ejemplo, comprar una silla ergonómica para sentarte en el trabajo no es completamente esencial, pero es una elección sensata a largo plazo porque permite realizar un mayor trabajo mientras minimiza el dolor lumbar (cuyo tratamiento, coincidentemente, puede ser costoso si se convierte en un problema de consideración).
    Otro ejemplo es reemplazar tu viejo calentador de agua. Si bien el antiguo puede ser suficiente a corto plazo, comprar uno nuevo te permitirá ahorrar en gastos de reparación, haciendo que al mismo tiempo ahorres dinero a largo plazo.
  • Otros ejemplos incluyen las compras con las que se puede ir al trabajo de una manera más económica, como los pases mensuales o anuales para el transporte público, las herramientas que ayudan a trabajar con mayor eficacia, como un auricular para teléfono en caso de que por el empleo siempre se tenga las manos ocupadas, e incluso aquellas adquisiciones que facilitan el rendimiento, como inserciones de gel en el calzado para mejorar la postura.

Ahorrar dinero no significa vivir una vida dura y austera.

Si terminaste de pagar tu deuda y gastaste dinero en compras pequeñas que serán rentables en el futuro, podrás gastar un poco de dinero en ti. Gastar en lujos de manera sana y responsable es una forma de mantenerte saludable mientras trabajas duro, así que no temas celebrar tu situación financiera más estable con una compra lujosa razonable.

  • Los lujos incluyen cualquier cosa que no sea un bien o servicio esencial y que te proporcione un beneficio mínimo o nulo a largo plazo. Esta amplia categoría puede incluir, por ejemplo, viajes a restaurantes lujosos, vacaciones, la adquisición de vehículos nuevos, la suscripción al servicio de televisión por cable, la compra de dispositivos costosos y mucho más.
  • Siempre sobrestima tus gastos y subestima tus ingresos económicos.
  • Haz compras con dinero en efectivo (sin el cambio exacto) y siempre guarda el cambio. Utiliza una alcancía o un frasco para guardar las monedas. Quizás las monedas te parezcan algo insignificante, pero al acumularse a lo largo del tiempo podrán ayudarte a ahorrar. En la actualidad, algunos bancos brindan máquinas contadoras de monedas gratuitas. Cuando canjees tus monedas, solicita que se te pague en cheque para que no sientas la tentación de gastar el dinero en efectivo.
  • Cuida tus pertenencias. De esta manera, no será necesario reemplazarlas con más frecuencia. Asimismo, no reemplaces los objetos hasta que sea absolutamente necesario. Por ejemplo, solo porque el motor de tu cepillo eléctrico se descomponga no significa que el cepillo ya no sirva. Sigue utilizándolo y, cuando vayas a comprar uno nuevo, revisa la garantía.
  • Cada vez que vayas a comprar algo, piensa en tus metas y calcula el porcentaje aproximado de tus ahorros actuales que representa este objeto, y lo más probable es que no la compres.
  • Si normalmente recibes aproximadamente la misma cantidad de dinero, te será más sencillo establecer un presupuesto a largo plazo. Por el contrario, si tus ingresos son variables, te será más difícil anticipar tus gastos por no saber cuándo van a pagarte la próxima vez. Enumera tus categorías de presupuesto en orden de importancia y cubre primero los aspectos más importantes. Ve a lo seguro y supón que pasará un buen tiempo para que vuelvas a recibir dinero.
  • Emplea afirmaciones. Por ejemplo, puedes repetirte la siguiente afirmación hasta que la asimiles: “Las deudas no son una opción”.
  • Si recibes una suma de dinero inesperada, deposítala toda o gran parte de ella en tu cuenta de ahorros, pero también sigue depositando la cantidad habitual. De esta manera, alcanzarás tus metas de ahorro con mayor rapidez.
  • Incluso si en verdad quieres algo, pregúntate si REALMENTE lo necesitas. Más de la mitad de las veces la respuesta será un rotundo “no”.
  • La mayoría de las personas puede ahorrar algo independientemente de sus ingresos económicos. Comenzar a ahorrar un poco de dinero te ayudará a forjarte el hábito de ahorrar. Incluso ahorrar un monto tan bajo como $5 al mes te enseñará que necesitas tanto dinero como crees.
  • Si no tienes la suficiente resolución para destruir todas tus tarjetas de crédito, por lo menos congélalas. Ponlas en un recipiente, llénalo con agua y colócalo en el congelador. De esa manera, si sientes el impulso de usarlas, tendrás que esperar a que el hilo se derrita, tiempo durante el cual puedes recobrar el sentido y darte cuenta de que en realidad no necesitas comprar lo que quieres.
COMPARTIR EN